Lunes 17 de octubre de 2022
Esta semana que hoy comenzamos va a ser una semana especial: Comenzamos la SEMANA DEL DOMUND. Vamos a pararnos un poco más para pensar en los demás, en aquellos que no tienen las mismas posibilidades que nosotros. En aquellas personas que dedican su vida entera al servicio a los demás…
¡Buenos días! Al comenzar este momento de oración pienso en Jesús, en que me quiere enseñar un montón de cosas, como a sus amigos. En el evangelio que vamos a escuchar, que es el de ayer domingo, nos anima a ser pacientes y a insistir en nuestras peticiones. Os invitamos a leer el texto adaptado que proponemos a continuación y a ver el siguiente vídeo:
LECTURA: EL JUEZ INICUO Y LA VIUDA
– (cf. Lc. 18, 1-8)
Los amigos de Jesús a veces perdían la paciencia, porque no conseguían todo lo que pedían a Dios. Entonces Jesús les dijo: «Oye, tenéis que ser pacientes, y pedir sin desanimaros. Aunque no consigáis las cosas a la primera. Veréis, os voy a poner un ejemplo: en una ciudad había un juez que era un vago. Había también una viuda que estaba esperando el resultado de un juicio. Pero el juez, como era un holgazán, no terminaba de hacer su trabajo. Ella iba todos los días a decirle: ‘Oye, ¿para cuándo vas a hacer justicia?’. Y el juez no le hacía caso. Pero al final, de tanto insistir ella, el juez se puso a trabajar y al final le respondió». Los amigos de Jesús le miraban mientras contaba esta historia. Entonces les explicó: «Si el juez malo es capaz de responder cuando las personas insisten, imaginad Dios, que es bueno. Si insistimos, nos responderá. Solo tenéis que tener fe y paciencia. ¿Es posible?»
REFLEXIÓN:
- Tener paciencia es muy difícil: a nosotros nos cuesta esperar cuando
queremos que llegue un cumpleaños, o que nos dejen un juguete. Los amigos de
Jesús se ponían nerviosos porque pedían cosas a Dios y no ocurría en el
momento. Quizá a nosotros también nos pase…
- Dios no quiere que tengamos prisa. Quiere que practiquemos la
paciencia. Que tengamos confianza cuando recemos a Dios y que sigamos pidiendo
con fe.
- Dedicamos unos momentos de silencio para pedir a Dios que nos ayude
con aquello que necesitamos.
- Podemos compartir nuestra petición en voz alta.
Terminamos este momento de oración rezando juntos PADRENUESTRO…