Lunes 24 de octubre de 2022

 ¡Buenos días! Jesús nos cuenta parábolas para que entendamos de forma más fácil lo que nos cuenta. Hoy nos pide que imaginemos a dos personas rezando en una iglesia: una de ellas se cree mejor que la otra. Jesús nos pide que no seamos presumidos.

Os invitamos a leer el texto adaptado que proponemos a continuación y a ver el siguiente vídeo: 



 

LECTURA: EL PUBLICANO Y EL FARISEO – (cf Lc. 18, 9-14)

En tiempo de Jesús pasaba como en todas las épocas, que había personas que se creían mejores que otras y los iban mirando por encima del hombro. Entonces, Jesús les dijo a sus amigos: «Vosotros no seáis presumidos. Mirad, os voy a contar una historia: Dos hombres fueron al templo a orar.  Uno de ellos era un fariseo. Se creía mejor que los demás, y se puso en el centro para que todo el mundo lo viera, y rezaba diciendo: 

‘Gracias, Dios, por hacerme tan guay. Soy el mejor. Rezo bien. Me porto bien. Cumplo la ley. Soy un crack’. 

El otro era un publicano. Los publicanos eran considerados pecadores por los judíos. Y este se puso a rezar en una esquina, diciendo, en voz muy baja: ‘Señor, ya sé que me equivoco mucho, y que a veces me he portado fatal. Pero ayúdame, ten compasión de mí’. 

¿Sabéis qué? –dijo Jesús a sus discípulos– que a Dios le gusta mucho más la oración del que es humilde que la de quien es un chuleta».

 

REFLEXIÓN

-En su oración, el fariseo sólo contaba su vida, sin reconocer lo que hacía mal. ¿Nosotros pedimos perdón por las cosas que hacemos mal?

- Dedicamos un momento de silencio para pensar en esas cosas que hemos hecho a medias o mal, y pedimos perdón a Jesús.

- Si queremos, podemos compartirlas en voz alta con nuestros compañeros.

 

Terminamos este momento de oración rezando juntos PADRENUESTRO…