Lunes 14 de noviembre de 2022

 ¡Buenos días! Comenzamos una nueva semana y lo hacemos escuchando la lectura de ayer, domingo XXXIII del tiempo ordinario. Pero antes nos preparamos por fuera y por dentro. Por fuera haciendo silencio, poniéndonos en una postura cómoda, respirando despacio, cerrando los ojos… Por dentro dejamos a un lado los pensamientos que no nos dejan escuchar.

  

LECTURA: DESTRUCCIÓN DEL TEMPLO – (cf Lc 21, 5-19)

Había gente que estaba un día en el templo, que era un lugar magnífico, muy hermoso y grande, y no paraban de alabarlo y admirarlo.

Entonces Jesús se dio cuenta de que sólo les llamaba la atención lo vistoso, el triunfo y el brillo. Y por eso les dijo: «Oye, no seáis zoquetes. Esto no durará para siempre. Algún día será destruido». Ellos le preguntaron: «¿Cómo sabremos que va a ser destruido?»

Jesús les dijo: «Mirad, va a haber tiempos difíciles. Lo pasaréis mal en mi nombre. No penséis que ser seguidor mío es muy fácil. Y no penséis que yo os prometo que nunca va a haber problemas. Los que oían a Jesús miraban con cara de susto. Entonces, él les dijo: «No tengáis miedo de todo esto que os anuncio. Porque Dios cuidará de vosotros. Sed fieles».

 

  

REFLEXIÓN:

Jesús llama zoquetes a los que se quedan admirando el brillo del templo. Quiere que no nos quedemos embobados con las cosas brillantes y que prestemos más atención a lo que pasa desapercibido.

Piensa en qué personas conoces en tu familia, en tu clase, que pasan más desapercibidas. A ellas quizá debas prestarlas más atención.

Jesús les cuenta todo lo malo que puede pasar para estén preparados y les pide que confíen en Dios porque nos cuidará.

 

Antes de terminar este momento de oración escuchamos la canción “CONFIARÉ”. 

 

Terminamos este tiempo de oración rezando juntos PADRENUESTRO…