Lunes 16 de enero de 2023
¡Buenos días! Nuestra oración de esta mañana gira sobre el evangelio del domingo pasado, fiesta del bautismo de Jesús. Para escucharlo hacemos silencio y respiramos despacio. Hoy comienzo la oración haciendo despacito la señal de la cruz: en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Os invitamos a verlo o a leer el texto adaptado que os proponemos a continuación:
LECTURA: BAUTISMO DE JESÚS (cf. Mt. 3, 13-17)
Jesús se marchó desde su casa en Galilea al río Jordán. Allí su primo Juan estaba bautizando a la gente. Entonces no era como ahora, que se bautiza a los niños de pequeños. Eran personas mayores las que se bautizaban, entraban en el agua del río, y el bautismo significaba que se convertían para ser mejores. Pero Juan, que ya conocía a Jesús, cuando lo vio, le dijo: «pero, hombre, ¿cómo voy a bautizarte yo a ti, si tú ya eres el mejor? Soy yo el que necesito que tú me bautices a mí». Pero Jesús insistió, así que entró en el agua y Juan le bautizó. En cuanto Jesús salió del agua, una paloma bajó sobre él. Era el espíritu de Dios. Y todos oyeron la voz de Dios que decía: «Este es mi Hijo, el amado, mi favorito».
REFLEXIÓN:
- ¿Recuerdas
cómo fue tu bautismo? Quizá te hayan contado alguna cosa.
- Por el
bautismo entramos a formar parte de una gran familia, que es la Iglesia. En el
bautismo Jesús sintió a Dios como un padre cariñoso, un padre al que acudir y
con el que hablar, un padre que nos muestra luz cuando todo es oscuridad.
Terminamos este momento de oración rezando juntos esta oración:
¡Qué
alegría!
Hemos
comenzamos un nuevo año.
Cada
día es un nuevo camino que comienza.
Amigo
Jesús, con alegría
emprendo
el camino
del
segundo trimestre del curso.
Muchas
maravillas y especiales acontecimientos
por
descubrir y vivir.
Ayúdanos,
Señor, a ser mejores cada día.
Amén.