Viernes 16 de febrero de 2024

¡Buenos días! Comenzamos la mañana en el Nombre del Padre y el Hijo y del Espíritu Santo Hoy proponemos comenzar con la siguiente relajación. Se trata de un breve instante para, después, en el momento de la oración, mantener nuestra atención plenamente…

Mientras la hacemos, podemos poner música tranquila de fondo…



Nos sentamos buscando una postura cómoda… Cerramos los ojos y respiramos despacio, con calma…  Escuchamos tranquilos la música… Respiramos profundamente y muy despacio… Cogemos aire por la nariz… lo mantenemos un instante… lo soltamos lentamente por la boca.

Imagina que estás paseando por un prado… Puedes ver el suelo, lleno de hierba… Notas lo blando que es… Te sientes cómodo caminando sobre esa hierba…

En medio del prado hay un árbol muy grande, con muchas hojas… Tiene el tronco grueso y muchas ramas… Sus hojas son verdes… Mira a ver si ves sus frutos…

Ahora descubres que hay un pequeño caracol sobre una piedra en el suelo… Tiene la concha rayada… Su cuerpo es blando, marrón y tiene unos pequeños cuernecitos… Está muy tranquilo comiendo…

Vuelve a disfrutar plácidamente del paisaje… Respira tranquilo un minuto más…

Lentamente abrimos los ojos y estiramos hacia adelante los brazos juntando las manos…

Preguntamos cómo se han sentido y pedimos que recuerden los elementos visualizados (pueden contar cuáles eran los frutos en el árbol que imaginaron y qué comía el caracol).

 



Para la oración de esta mañana proponemos la canción titulada “COLOREANDO DÍAS GRISES”. Escuchad la letra con atención. Nos recuerda que, hay pequeñas cosas cotidianas que nos hacen felices.  El enlace es el siguiente:


 

REFLEXIÓN:

Como nos pide la canción, vamos a pensar en aquellas cosas que nos hacen sonreír. Aquellos pequeños detalles que puede tener cada día y nos ponen contentos...

Y si soñamos con un mundo mejor, entonces hay que ponerse manos a la obra y colorear los días grises, nuestros y de quien nos rodea... a veces, sólo se trata de sonreír...

Después de escuchar la canción podemos hacer nuestro compromiso en voz alta: Yo me comprometo a dar alegría… (con mi sonrisa, evitando los enfados, dando cariño…)

 

Terminamos rezando juntos: Padrenuestro…