Viernes 26 de abril de 2024
¡Buenos días! Hoy proponemos comenzar con la siguiente relajación. Se trata de un breve instante para, después, en el momento de la oración, mantener nuestra atención plenamente… Mientras la hacemos, podemos poner música tranquila de fondo:
Cerramos los ojos y respiramos profundamente… Sentimos cómo entra el aire
al inspirar y como sale al espirar…
Nos ponemos de pie con la espalda recta las piernas paralelas y los pies
apoyados en el suelo. Ponemos las manos a la altura del pecho. Las yemas de los
3 dedos centrales se tocan ligeramente. Vamos a evocar en esta relajación una
puerta de 2 hojas que se abre y por la que entra un aire fresco y saludable. Lo
hacemos en tres tiempos.
1.- Inspiramos por la nariz los antebrazos se
abren lentamente hasta colocar las manos una frente a otra. Los hombros están
hacia atrás y los codos permanecen pegados a los costados.
2.- Detenemos la respiración y contamos hasta
4. Después espiramos lentamente.
3.- Mientras espiramos, los brazos se cierran
hasta volver a la posición inicial. Debemos hacer este movimiento mucho más
lento que el que hacemos al inspirar.
Repítelo lentamente unas 10 veces…
Después seguimos unos instantes tranquilos mientras escuchamos la música…
abrimos los ojos, y estiramos nuestros brazos. Finalmente, se les preguntará
cómo se han sentido.
Comenzamos la mañana en el Nombre del Padre y el Hijo y del Espíritu Santo. Pensamos que Dios está aquí en medio de nosotros, nos ve, nos oye, nos ama nos conoce por nuestro nombre. Para la oración de esta mañana proponemos el corto titulado HERMANN. El enlace es:
REFLEXIÓN:
Les invitamos
a pensar en silencio, en las preguntas que les vamos haciendo…
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El corto nos cuenta la historia real de un hombre
enfermo de Alzheimer y Tamara, su enfermera, que lo motivaba a tocar cada tarde
durante el aplauso de las 20:00 horas. Ese momento de música y emoción suponía
para Hermann estar más vivo y más feliz, ya que cada vez que se asomaba al
balcón a tocar sentía el calor de todas las personas que le aplaudían.
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Pensamos en qué cosas que hacemos para
alegrar, para cuidar o para hacer más felices a los que viven con nosotros:
nuestra familia, nuestros compañeros…
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Pensamos en cosas que los demás hacen para
cuidarnos, alegrarnos o hacernos más felices. Damos gracias a Dios por ellas.
Después podemos decirlas en voz alta.
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Terminamos este momento de oración rezando
todos juntos la oración del Padrenuestro.