Lunes 20 de mayo de 2024

 ¡Buenos días! Antes de comenzar la oración de la mañana, es buen momento para situarse en el medidor emocional... ¿Cómo te sientes hoy?

¡Buenos días y feliz semana! Ayer celebramos el día de Pentecostés, el día de la venida del Espíritu Santo sobre los apóstoles. Con esta fiesta llegamos, también, al final del tiempo de Pascua. Han sido cincuenta días para celebrar que Jesús ha resucitado y, sobre todo, para hacerlo visible en la vida de cada uno de nosotros.

Proponemos hoy, como oración de esta mañana, una lectura adaptada del evangelio de ayer, tercer Domingo del Tiempo Ordinario. También lo podemos ver a través del siguiente enlace:  


 

 

LECTURA: APARICIONES A LOS DISCÍPULOS (cf. Hch. 2, 1-11)


Al llegar el día de Pentecostés, todos los discípulos estaban reunidos en la misma casa. Aún pasaban mucho tiempo escondidos, por miedo a que las autoridades judías les persiguieran como habían perseguido a Jesús. De repente, un ruido fuerte, como si fuera un viento muy intenso, resonó en la casa. Y vieron unas llamas de fuego que se posaban sobre cada uno. Era el Espíritu de Dios. Todos empezaron a hablar en distintos idiomas. Era como si Dios les mandase hablar con todo el mundo. Entonces salieron a la calle. Ya no tenían miedo. Jerusalén estaba lleno de judíos de muchos lugares, de ciudades y países muy lejanos; y estaban sorprendidos, porque los amigos de Jesús hablaban en todos los idiomas, contando siempre las maravillas que había hecho Dios.

 

 

REFLEXIÓN

Cuando mataron a Jesús, sus amigos pasaron mucho miedo y se escondieron. Pero él, para ayudarles, volvió a su lado y les dijo: No tengáis miedo, ni os acobardéis. Al contrario, tened en vuestro corazón y en vuestras manos las llaves de la paz, y con ella abrid a todas las puertas de la alegría y la paz. Y diciendo esto les comunicó su Espíritu, es decir su Amor, para que fueran mensajeros de amistad y unidad entre las personas.

 

Terminamos este momento de oración rezando juntos PADRENUESTRO…