Viernes 17 de mayo de 2024
¡Buenos días! Hoy proponemos comenzar con la siguiente relajación. Se trata de un breve instante para, después, en el momento de la oración, mantener nuestra atención plenamente… Mientras la hacemos, podemos poner música tranquila de fondo:
Nos sentamos con la espalda recta, y los pies apoyados en el suelo.
Colocamos las manos sobre las piernas. Invitamos a la calma… Respiramos
despacio, con calma… Escuchamos
tranquilos la música… Respiramos profundamente y muy despacio… Cogemos aire por
la nariz… lo mantenemos un instante… lo soltamos lentamente por la boca.
Imagina que eres un búho: al inspirar mueve la cabeza hacia un lado; dirige
tu mirada más allá del hombro… Al espirar, mueve la cabeza hacia el centro y
relaja la vista.
Al inspirar de nuevo, mueve la cabeza hacia el otro lado y dirige tu mirada
más allá del hombro… Al espirar, mueve la cabeza hacia el centro y relaja la
vista.
Repetir el proceso varias veces, teniendo en cuenta que los hombros y la
cintura permanecen inmóviles.
Después de repetir en ejercicio permanecemos con los ojos cerrados y
escuchando la música unos instantes. Lentamente abrimos los ojos y estiramos
hacia adelante los brazos juntando las manos… Preguntamos cómo se han sentido.
Hoy vamos a rezar con
esta oración a María. Puede leer una persona la frase escrita en minúsculas y
responder todos juntos con la frase en mayúsculas: MARÍA, GRACIAS POR SER
NUESTRA MADRE
Querida
Virgen María.
Gracias
por estar cerca nuestro
y cuidarnos mucho
como
hiciste con Jesús.
MARÍA,
GRACIAS
POR SER NUESTRA MADRE
Quiero
conocer mejor a Jesús
y
quererlo más cada día.
Quiero
vivir como Jesús.
Ser
buena persona.
MARÍA,
GRACIAS
POR SER NUESTRA MADRE
María,
que aprenda, como tú,
a
rezar, a hablar con Jesús cada día.
Ayúdame
a hacer crecer mi fe.
MARÍA,
GRACIAS
POR SER NUESTRA MADRE