Viernes 3 de mayo de 2024

 

¡Buenos días! Hoy proponemos comenzar con la siguiente relajación. Se trata de un breve instante para, después, en el momento de la oración, mantener nuestra atención plenamente… Mientras la hacemos, podemos poner música tranquila de fondo: 

 


Nos sentamos con la espalda recta, la cabeza erguida, las piernas paralelas, los pies apoyados en el suelo…  Ponemos las manos sobre los muslos o sobre la mesa.

Cerramos los ojos y respiramos despacio, con calma…  Escuchamos tranquilos la música… Respiramos profundamente y muy despacio… Cogemos aire por la nariz… lo mantenemos un instante… lo soltamos lentamente por la boca.

Después de unas respiraciones de esta forma, colocamos los dedos pulgares tapando los oídos y el resto de los dedos apoyados suavemente sobre el cráneo. Respiramos por la nariz y escuchamos el sonido del aire al entrar y al salir. Al espirar con la boca cerrada hacemos un pequeño sonido suave y constante que debe recordar al zumbido de una pequeña abeja. Permanecemos de esta forma contando 10 respiraciones. Una vez terminemos, colocamos los brazos cruzados encima de la mesa, reposamos la cabeza sobre ellos y escuchamos la música unos instantes más.

Lentamente abrimos los ojos y estiramos hacia adelante los brazos juntando las manos…

Preguntamos cómo se han sentido.




 

Comenzamos con esta oración. Este próximo domingo celebraremos el día de la Madre. Por eso hoy, queremos tener presentes a nuestras mamás en la oración y pedir a Jesús que las cuide y esté siempre a su lado.

Se puede leer primero individualmente, después, repetir en voz alta la frase que más les ha gustado y terminar leyéndola entera en voz alta todos juntos.

 

 

Querido Jesús,


hoy te pido por mi mami.

Es muy buena conmigo.

Yo la quiero de verdad.

 

Quisiera pedirte

que siempre la acompañes.

 

Gracias todo lo que mi mamá

hace por mí y por mi familia.

 

Ayúdame a saber pedir perdón

cuando la hago enfadar.

 

Gracias por darme una mamá

tan buena como la tuya.