Miércoles 5 de junio de 2024

 ¡Buenos días! Antes de comenzar la oración de la mañana, es buen momento para situarse en el medidor emocional... ¿Cómo te sientes hoy?

¡Buenos días! Comenzamos con este cuento que nos habla de cuidar nuestras palabras y tener detalles con los que nos rodean. Seguro que seremos más felices si hacemos felices a los demás.

 

Daniel juega muy contento en su habitación, monta y desmonta palabras sin cesar. Hay veces que las letras se unen solas para formar palabras fantásticas, imaginarias, y es que Daniel es mágico, es un mago de las palabras.

Lleva unos días preparando un regalo muy especial para aquellos que más quiere.

Es muy divertido ver la cara de mamá cuando descubre por la mañana un buenos días, mami debajo de la almohada; o cuando papá encuentra en su coche un te quiero de color azul. Sus palabras son amables y bonitas, cortas, largas, que suenan bien y hacen sentir bien: gracias, te quiero, buenos días, por favor, lo siento, me gustas.

Daniel sabe que las palabras son poderosas y a él le gusta jugar con ellas y ver la cara de felicidad de la gente cuando las oye. Sabe bien que las palabras amables son mágicas, son como llaves que te abren la puerta de los demás.

Porque si tú eres amable, todo es amable contigo.

¿Quieres intentarlo tú y ser un mago de las palabras amables?






 

REFLEXIÓN:

La palabra “gracias” es una palabra mágica, es como una llave que puede abrirnos infinitas puertas. Cuando decimos gracias, Jesús se siente muy contento porque estamos colaborando a hacer un mundo mejor, que es lo que Él quiere. Decir gracias, es querer a la persona que se lo decimos. Digamos gracias a papá y mamá, a nuestros amigos, a nuestros vecinos… de esta manera ese día se convertirá en especial.