Lunes 16 de septiembre de 2024

 

¡Buenos días! Antes de comenzar la oración de la mañana, es buen momento para situarse en el medidor emocional... ¿Cómo te sientes hoy?

Ya estamos en la segunda semana del curso. Poco a poco nos vamos adaptando a la rutina del tiempo escolar. Reencontrándonos con los amigos y compañeros…, descubriendo las diferencias que nos hacen distintos pero que, juntos y sumando, nos hacen a todos ser mejores y más importantes…Hacemos nuestra oración de esta mañana con el texto del evangelio de ayer, vigésimo cuarto domingo del tiempo ordinario del ciclo B.

 

Podemos ver una adaptación de este texto en dibujos animados en el siguiente enlace: 



En el caso de no poder acceder a los contenidos multimedia podemos leer con los niños la siguiente adaptación del texto. Antes de leerlo, proponemos a los niños que cierren los ojos y ponte cómodo para escuchar. El evangelio de hoy es muy importante para tu vida:

 

Como Jesús hacía cosas tan sorprendentes, todo el mundo hablaba de él. Un día, intrigado, les preguntó a sus amigos: ¿Qué habéis oído por ahí? ¿Quién cree la gente que soy yo? Ellos le contestaron: “Verás, hay gente que dice que eres un profeta, como los profetas antiguos que hablaban en nombre en nombre de Dios. Incluso hay quien dice que eres Juan el Bautista, que ha vuelto”. Esto lo decían porque el rey Herodes había mandado matar a Juan el Bautista.

Entonces, Jesús les preguntó a ellos: “Y vosotros, que me conocéis tan bien, ¿quién creéis que soy yo?”. Pedro no lo dudó: “Tú eres el Mesías” (El Mesías era para los judíos el enviado de Dios para traerles la libertad. Pero los judíos pensaban que iba a ser como un líder muy poderoso). Así que Jesús les dijo: “Tienes razón, pero tenéis que saber que el Mesías no va a ser ni el más rico, ni el más fuerte, ni el más violento. Al revés, tendrá que sufrir, hasta morir y resucitar”.

Pedro, al oír eso, interrumpió: “Ni hablar Jesús, no dejaremos que mueras”. Entonces Jesús le mandó callar. “No te enteras Pedro, que Dios no quiere poder ni fuerza, quiere amor”. Y siguió explicándoles: “EL que quiera venir conmigo que no sea orgulloso no egoísta, que acepte su cruz y me siga. Que la vida no es para guardarla en una caja fuerte, sino para regalarla a los otros”.

 


 
A los amigos de Jesús les extraña mucho la pregunta de Jesús, porque llevan mucho tiempo conviviendo con Él. Si te la hiciera a ti… ¿qué responderías? Piensa con una palabra quién dirías tú que es Jesús. Para Jesús es importante que sepamos quién es.

Gracias Jesús porque, aunque a veces no entienda, como Pedro, tú me ayudas a sentirte a mi lado. Terminamos este momento con una breve oración en la que nos comprometemos a actuar, como nos pide el lema de este curso. Una persona lee la parte en cursiva y cuando corresponda, decimos unidos la parte en mayúscula:

 

Me comprometo a llevar la alegría allá donde esté;

y a ser generoso con todos. JESÚS AMIGO, AYÚDAME.

Me comprometo a llevar la paz;

a hablar diciendo siempre la verdad. JESÚS AMIGO, AYÚDAME.

Me comprometo a ayudar a los que me necesiten;

a ayudar y a compartir. JESÚS AMIGO, AYÚDAME.

 

Terminamos rezando juntos… PADRENUESTRO…