Lunes 28 de octubre de 2024

 ¡Buenos días! Antes de comenzar la oración de la mañana, es buen momento para situarse en el medidor emocional... ¿Cómo te sientes hoy?

Hacemos nuestra oración de esta mañana con el evangelio de ayer, 30 Domingo del TO. Podemos leer el siguiente texto adaptado o hacerlo a través del siguiente enlace: 

 

LECTURA: EL CIEGO DE JERICÓ (cf. Mc 10, 46-52)

Había un hombre ciego que se llamaba Bartimeo. Estaba sentado al borde del camino pidiendo limosna. Cuando oyó que pasaba Jesús se puso a gritar: «Jesús, ten compasión de mí». La gente le mandaba callarse. Porque en aquel tiempo se pensaba que la enfermedad era como un castigo de Dios, y por eso los enfermos eran muy mal mirados. Pero él, confiando en Jesús, gritaba más alto: «Jesús, amigo, ayúdame».

Cuando Jesús oyó sus gritos se detuvo y dijo: «Llamadlo». Entonces trajeron al ciego Bartimeo a donde estaba él. Jesús le preguntó: «¿Qué puedo hacer por ti?» Él contestó: «Maestro, haz que vea». Jesús le dijo: «Tu fe te ha curado». Y de golpe fue como si se encendiera la luz después de muchos años de oscuridad, empezó a ver. Se puso muy feliz. Y seguía a Jesús por el camino.

 

EXPLICACIÓN

- Este encuentro de Jesús con un hombre ciego y que además es pobre, nos ayuda a caer en la cuenta de que Jesús quiere que todos veamos.

- Cuando Jesús le llamó, él tiró el manto, se incorporó y le dijo que deseaba ver. Y Jesús le trasmitió tal fuerza que cuando recobró la vista le siguió, yendo detrás de Jesús.

- Que nosotros, como el ciego Bartimeo, confiemos en que Jesús nos puede ayudar.

 

Rezamos juntos PADRENUESTRO…