Martes 8 de octubre de 2024

 

¡Buenos días! Hoy proponemos comenzar con la siguiente relajación. Se trata de un breve instante para, después, en el momento de la oración, mantener nuestra atención plenamente… Mientras la hacemos, podemos poner música tranquila de fondo… 

 

Comenzamos creando un ambiente tranquilo. Cerramos los ojos. Respiramos hondo y comprobamos como entra y sale el aire por la nariz y por la boca.

Una vez que se van relajando, les pedimos que, imaginen que tienen una naranja en una de sus manos y que tienen que tratar de sacarle todo el jugo… Concéntrate en tu mano y en tu brazo, en cómo aprietas mientras intentas sacarle todo el zumo… aprieta fuerte. Ahora deja caer la naranja. Nota cómo están tus músculos cuando se relajan… Vamos a coger otra, pero la vamos a exprimir con más fuerza que antes, muy muy fuerte... Mira qué tensos tienes la mano y el brazo. Ahora déjala caer. Vamos a coger otra más, pero ahora tenemos que exprimirla con mucha más fuerza que antes… Aprieta fuerte, más fuerte, que no quede nada… Ahora, vuelve a soltar la naranja. Nota que tu brazo, tu mano, está relajada. El proceso se repite con la otra mano… Seguimos respirando unos instantes más. Finalmente, se les preguntará cómo se han sentido.



 

Ayer en la oración, descubríamos que Jesús se compromete con quiénes más lo necesitan. Hoy nosotros también vamos a pedir a Jesús por ellos. Una persona lee en voz alta a quienes tenemos presente y todos repetimos (podemos añadir más intenciones) 

 


Por los niños y las niñas,

por los que sufren,

por los que están tristes,

por los que tienen hambre,

por los que tienen frío,

por los que están enfermos,

por los que se encuentran solos,

por los que no pueden sonreír…

 

Por ellos Jesús te pedimos… Para que encuentren su sonrisa.

Gloria al Padre y al Hijo…