Martes 5 de noviembre de 2024

 

¡Buenos días! Proponemos, antes de la oración, dedicar unos instantes a relajarnos para prestar atención plena a la oración que vamos a rezar después.

 

Podemos poner música tranquila de fondo: 



Nos sentamos buscando una postura cómoda… Cerramos los ojos y respiramos despacio, con calma…  Escuchamos tranquilos la música…

Vamos a imaginarnos que somos un gato muy muy perezoso y que queremos estirarnos…

Estira todo lo que puedas los brazos frente a ti. Ahora levántalos, por encima de tu cabeza, con fuerza llévalos hacia atrás. Nota el tirón tan fuerte que sientes en los hombros. Vamos ahora a dejarlos caer a los lados, que descansen del esfuerzo. Muy bien. Otra vez, vamos a estirar los brazos otra vez más, más fuerte. Perfecto. De nuevo los dejas caer a los lados. Muy bien. ¿Notas cómo están más relajados los hombros?

Una vez más, pero con más fuerza. Estira todo lo que puedas los brazos, vamos a intentar llegar al cielo, con todas tus ganas. Primero frente a ti, luego los levantas sobre tu cabeza y ahora… ¡arriba! Mira qué tensos estás ahora tus brazos y tus hombros…

El último esfuerzo, el estirón más fuerte. Los brazos hacia adelante, los brazos sobre nuestra cabeza y finalmente… ¡brazos al techo, con ganas! Déjalos caer a los lados.

Repite este ejercicio dos veces más. Escuchamos la música unos instantes más…

Lentamente abrimos los ojos y estiramos hacia adelante los brazos juntando las manos…



 

 

En la oración de esta mañana, vamos a seguir teniendo presente esa frase que nos dejaba San Agustín sobre el evangelio de ayer: AMA Y HAZ LO QUE QUIERAS. Podemos leer lentamente cada frase y pedir a los alumnos que la repitan. Después ellos pueden completar la frase: CUANDO AMO… (y decir cosas concretas que pueden hacer hacia los demás para demostrarles su amor…).

  


AMA Y HAZ LO QUE QUIERAS

Ama y haz lo que quieras.

Si callas, callarás con amor;

si gritas, gritarás con amor;

si corriges, corregirás con amor;

si perdonas, perdonarás con amor.

Si tienes el amor dentro de ti,

sólo amor saldrá de ti.

 

(San Agustín)