Lunes 17 de febrero de 2025
¡Buenos días y feliz nueva semana! Vamos a comenzar hoy lunes con la oración basada en el evangelio de ayer, sexto domingo del tiempo ordinario, y lo hacemos con una adaptación del texto. También podemos verlo en el siguiente enlace:
Jesús solía subir al monte
con sus amigos para orar. Y cuando bajaban del monte, era cuando enseñaba a la
gente. Una mañana, al bajar del monte, había mucha gente de muchos lugares de
Judea. Entonces empezó a enseñarles y les dijo:
“Felices sois los pobres,
porque el Reino de Dios es vuestro.
Felices los que ahora tenéis
hambre, porque un día quedaréis saciados.
Felices los que ahora lloráis,
que un día reiréis.
Felices vosotros si os
persiguen, y os atracan, y os acusan por defender lo que yo os he enseñado. No
dejéis que os entristezcan ese día, porque Dios os pagará. Ya persiguieron así
a los profetas.”
La gente estaba sorprendida
con esa clase de felicidad de la que hablaba Jesús, pero él aún no había
acabado. Entonces continuó:
“¡Lo siento por los ricos,
que ahora ya lo tenéis todo!
¡Lo siento por los que ahora
estáis saciados, que un día pasaréis hambre!
¡Lo siento por los que ahora
reís, que un día lloraréis!
¡Lo siento por aquellos a los
que todo el mundo aplaude!”
Esto era más difícil de
entender, pero lo que quería decir es que cuando la gente buena de verdad
comparte la buena noticia, siempre habrá otros que intentarán que se callen. Y
así, los dejó muy intrigados, al ayudarlos a ver que Dios ve las cosas de una
manera muy distinta a nosotros.
REZANDO
VAMOS CICLO C. José Mª Rguez. Olaizola.
REFLEXIÓN:
-
Jesús decía cosas tan importantes y hablaba al corazón de tal modo que, muchos,
se reunían junto a él para escucharle.
-
Sus palabras eran nuevas, y su modo de hablar era tan original que convencía a
muchos de los que le escuchaban. Decía, por ejemplo: Seréis felices si no
hacéis del dinero lo más importante para vivir. Desead mucho (eso es tener
hambre y sed) la justicia y la paz. Que vuestro corazón sea tan sensible como
para llorar con los que sufren. No tengáis miedo a quienes os puedan amenazar
por ser amigos míos.
Terminamos este momento de oración
rezando juntos Padrenuestro…