Viernes 7 de febrero de 2025
¡Buenos días! Comenzamos la mañana en el Nombre del Padre y el Hijo y del Espíritu Santo. Pensamos que Dios está aquí en medio de nosotros, nos ve, nos oye, nos ama nos conoce por nuestro nombre. Como cada viernes, nos relajamos para poner toda nuestra atención en la oración que haremos después. Podemos poner de fondo la siguiente música:
Nos sentamos
buscando una postura cómoda… Cerramos los ojos y respiramos despacio, con
calma… Escuchamos tranquilos la música…
Respiramos profundamente y muy despacio… Cogemos aire por la nariz… lo
mantenemos un instante… lo soltamos lentamente por la boca. Imagina que estás
paseando por un prado… Puedes ver el suelo, lleno de hierba… Notas lo blando
que es… Te sientes cómodo caminando sobre esa hierba… En medio del prado hay un
árbol muy grande, con muchas hojas… Tiene el tronco grueso y muchas ramas… Sus
hojas son verdes… Mira a ver si ves sus frutos…
Ahora
descubres que hay un pequeño caracol sobre una piedra en el suelo… Tiene la
concha rayada… Su cuerpo es blando, marrón y tiene unos pequeños cuernecitos…
Está muy tranquilo comiendo… Vuelve a disfrutar plácidamente del paisaje…
Respira tranquilo un minuto más… Lentamente abrimos los ojos y estiramos hacia
adelante los brazos juntando las manos… Preguntamos cómo se han sentido y
pedimos que recuerden los elementos visualizados (pueden contar cuáles eran los
frutos en el árbol que imaginaron y qué comía el caracol).
Sería muy triste que el mundo fuera de color gris. ¿Os imagináis que las plantas, los animales o las casas fueran de ese único color? La vida sería muy aburrida. Por eso, Dios creó los distintos colores y pintó los seres de la naturaleza con cada uno de ellos. Vamos a ver un vídeo en el que, algunos, no entienden que haya diferencias y quieren cambiar al diferente en vez de ayudarle. Se llama “Por cuatro esquinitas de nada” y lo podemos encontrar en este enlace:
REFLEXIÓN:
Lo
mismo ocurre con las personas. Somos diferentes, pero no para que nos
enfrentemos, sino para que nos ayudemos y seamos más felices unos con otros.
-Dios
nos pide que colaboremos con los demás y que pongamos en común nuestras cualidades, ideas y nuestras
distintas formas de ser
- Entre
nosotros, ¿aceptamos a todos como son? ¿Nos relacionamos sólo con aquellos que
se visten, juegan o sacan las mismas notas que nosotros? ¿Por qué? ¿Qué
cualidades tengo yo para regalar a los demás?
Pedimos a Jesús que sepamos respetar y cuidar a los demás
compañeros.
Rezamos juntos
Padrenuestro…