Lunes 12 de mayo de 2025

 ¡Buenos días! Antes de comenzar la oración de la mañana, es buen momento para situarse en el medidor emocional... ¿Cómo te sientes hoy?

Hoy, como cada lunes, vamos a orar con la Palabra de Dios de ayer domingo, bien a través del siguiente vídeo, bien a través de la adaptación que aparece a continuación: 



Se trata de un vídeo que representa el mensaje que nos transmite el Evangelio, IV Domingo de Pascua, con la parábola del Buen Pastor. También os ofrecemos una adaptación del texto de ayer. 

LECTURA: EL BUEN PASTOR (cf. Jn. 10, 27 - 30)

  Jesús hablaba a las personas con imágenes que les ayudaban a entender. Usaba imágenes del campo, de las cosechas, del tiempo… Una de las que más gustaba a la gente era laque tenía que ver con el ganado, porque eso lo entendían todos. Como un día que les dijo: «¿Sabéis una cosa? Yo soy como un pastor. A mucha gente, cuando ve un rebaño, le parecen iguales todas las ovejas. Pero el pastor distingue a cada una. Además, el pastor habla con una voz que las ovejas ya conocen, y por eso confían en él y lo siguen. Él cuida de ellas. Pues yo cuido por igual de cada persona. Porque a mí, mi Padre Dios me ha encargado cuidar de cada persona. Y el Padre y yo queremos lo mismo. Que todos estén bien».

 

REFLEXIÓN:

- Jesús nos dice que cuida a todas las personas por igual. Esto es difícil. Piensa con cuántas personas te cruzas cada día. ¿Cuidarías a todas por igual?

- Pues Jesús lo consigue: cuida a sus amigos y a las personas de las que nadie quiere hacerse cargo. Piensa quiénes son esas personas hoy… personas a las que nadie quiere ni cuida. ¿Qué podríamos hacer por ellas?

- Nos acordamos de ellos.

 

Terminamos este momento de oración rezando juntos. Una persona lee el comienzo de la frase y respondemos juntos Ayúdame:

Señor, a ser generoso como Jesús… Ayúdame

Señor, a ser servicial como Jesús… Ayúdame

Señor, a ser justo como Jesús… Ayúdame

Señor, a ser cariñoso como Jesús… Ayúdame.

 

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo,

como era en el principio ahora y siempre,

por los siglos de los siglos. Amén.