Martes 13 de mayo de 2025

 ¡Buenos días! Hoy proponemos comenzar nuestro momento de oración de la mañana con esta relajación, mientras escuchamos música tranquila: 

 

Cerramos los ojos y respiramos profundamente… Sentimos cómo entra el aire al inspirar y como sale al espirar… Nos ponemos de pie con la espalda recta las piernas paralelas y los pies apoyados en el suelo. Ponemos las manos a la altura del pecho. Las yemas de los 3 dedos centrales se tocan ligeramente. Vamos a evocar en esta relajación una puerta de 2 hojas que se abre y por la que entra un aire fresco y saludable. Lo hacemos en tres tiempos.

1º Inspiramos por la nariz los antebrazos se abren lentamente hasta colocar las manos una frente a otra. Los hombros están hacia atrás y los codos permanecen pegados a los costados.

2º Detenemos la respiración y contamos hasta 4. Después espiramos lentamente.

3º Mientras espiramos, los brazos se cierran hasta volver a la posición inicial. Debemos hacer este movimiento mucho más lento que el que hacemos al inspirar.

Repítelo lentamente 5 veces…

Después seguimos unos instantes tranquilos mientras escuchamos la música… abrimos los ojos, y estiramos nuestros brazos.


 Hacemos juntos la siguiente oración: Una persona lee la oración y nos unimos todos con la frase en mayúsculas… Después terminamos rezando juntos un Avemaría.

Señor, cuida de mis padres…

Y dame un corazón grande para amarlos.

 

Cuida de las personas que están enfermas…

Y dame un corazón grande para amarlos.

 

Cuida de aquellos que han salido de su país en busca de una vida mejor…

Y dame un corazón grande para amarlos.

 

Cuida de mis amigos…

Y dame un corazón grande para amarlos.

 

Cuida de los abuelos…

Y dame un corazón grande para amarlos.

 

Cuida de los que están solos en esta vida…

Y dame un corazón grande para amarlos.

 

Cuida de los que dedican su vida a ayudar a otros…

Y dame un corazón grande para amarlos.

Y no te olvides de cuidarme a mí.