Lunes 2 de junio de 2025
¡Buenos días! Antes de comenzar la oración de la mañana, es buen momento para situarse en el medidor emocional... ¿Cómo te sientes hoy?
Ayer domingo (VII de Pascua) celebramos
la fiesta de la Ascensión del Señor. Proponemos hoy,
como oración de esta mañana, una lectura adaptada del evangelio de ayer.
También lo podemos ver a través del siguiente enlace:
Por fin llegó el día en que Jesús se iba a ir del todo. Así que les recordó, por última vez, todo lo que habían vivido juntos en los últimos años. Y les contó que todo eso ya lo habían anunciado los profetas. Quería que entendieran que Él era el Mesías. ¿Qué es eso del Mesías? Pues el que traía la libertad de Dios al mundo. Sus amigos por fin lo entendían. Y les dijo: “Os nombro mis testigos. Tenéis que contar lo que hemos vivido juntos a todo el mundo. Y os mandaré pronto mi Espíritu para que os dé fuerzas y valentía”.
Entonces
los llevó Él fuera de la ciudad, en dirección a Betania, y les dio una
bendición muy solemne, deseándoles lo mejor. También les dijo que volvieran a
la ciudad hasta que les enviara su Espíritu. Y entonces se fue separando de
ellos, como yéndose al Cielo. Y cuando se dieron cuenta, ya no estaba.
Pero
no estaban tristes, aunque Jesús no estuviera con ellos. Ahora se sentían muy
felices, porque por fin habían entendido a su amigo.
REFLEXIÓN:
Una
vez resucitado, Jesús hizo algunos encargos a sus amigos: les pidió que se
pusieran en camino hacia todos los lugares conocidos de la tierra y contaran a
todas las gentes lo que le vieron hacer y lo que le oyeron decir, y que
animaran a todos a pertenecer al grupo de sus amigos. De este modo, a través de
sus amigos, Jesús se fue dando a conocer. Luego él regresó junto a su Padre
Dios. A ese momento le llamamos la Ascensión de Jesús al cielo.
Terminamos
este momento de oración rezando juntos PADRENUESTRO…