Martes 17 de junio de 2025

 ¡Buenos días! Como cada martes, comenzamos la mañana con un momento de relajación que nos permita centrar mejor nuestra atención en el momento de oración de la mañana.

Mientras lo hacemos podemos poner música tranquila de fondo: 


Nos sentamos con la espalda recta, la cabeza erguida y los pies apoyados sobre el suelo. Colocamos las manos sobre los muslos o la mesa… Cerramos los ojos y respiramos despacio, con calma…  Escuchamos tranquilos la música… Respiramos profundamente mientras notamos el aire que entra y sale por nuestra nariz.

Soltamos el aire de modo lento y silencioso. Cada vez, nuestra respiración va siendo más tranquila y prolongada. (Realizar varias espiraciones de este modo).

Ahora, también al tomar el aire lo hacemos despacio y en silencio. Nuestra inspiración se va volviendo cada vez más calmada. Nuestra respiración apenas se nota.... Es tan lenta, que cualquiera que pasara a tu lado pensaría que no respiras. Seguimos respirando así…

Colocamos los brazos cruzados sobre la mesa, como si fueran una almohada; apoyamos nuestra cabeza sobre ellos y reposamos… No es para que te quedes dormido... sino para sentir tu respiración suave, lenta, silenciosa. Después de un rato en esta posición, abrimos lentamente los ojos.



 

Seguimos recordando la festividad de la Santísima Trinidad. Por este motivo hoy os proponemos como oración en esta mañana de la Semana de Pascua otra canción: “LA SEÑAL DE LA CRUZ”, de Unai Quirós. El enlace para poder ver y escuchar la canción es el siguiente: 


Después de escucharla y cantarla, rezamos juntos esta breve oración. Una persona lee las estrofas y nos unimos repitiendo juntos la frase en mayúsculas.

 Terminamos rezando juntos el Padrenuestro…

 


 

Dios, Padre bueno,

gracias porque me quieres siempre,

aunque a veces me equivoque.

Te alegras cuando estoy contento

y me abrazas cuando estoy triste.

GRACIAS, DIOS,

POR ESTAR CON NOSOTROS.

 

Jesús, mi amigo,

gracias porque me enseñas a querer,

a perdonar y a ayudar a los demás.

Con tus palabras y tu vida,

nos muestras cómo ser buenos.

GRACIAS, DIOS,

POR ESTAR CON NOSOTROS.

 

Espíritu Santo,

aunque no te vea,

sé que estás dentro de mí.

Tú me das fuerza para hacer el bien,

me ayudas a elegir lo correcto

y me acompañas cada día.

GRACIAS, DIOS,

POR ESTAR CON NOSOTROS.